Fin de Mes + Cero Dignidad + Antidepresivos/Ansiolíticos = ¡País de Mierda!
Parto esta publicación con una ecuación como título, porque es lo que he vivido y cuyos componentes representan mi vida y la de muchos chilenos. Y concluyo que el problema no es mío, sino que del país en el que vivimos y su economía de mierda.
Después de lo ocurrido en mi vida personal y la angustia propia de tener a un ser querido enfermo y sufriendo, me vino el tan esperado bajón. Ya no dormía como antes y el insomnio se transformó en mi nuevo compañero. No tenía ganas de levantarme de la cama, estaba todo el día cansada y sin ganas de hacer nada. Comía a deshoras, la primera porquería que encontraba me la echaba a la boca para engañar a mi estómago y cada vez me alejaba más de una dieta sana. A veces me bajaban ataques de furia, para luego terminar llorando como Magdalena, era como repetir todo el tortuoso proceso de la adolescencia. Fumaba como puta despechada como si quisiera seguir el camino de la autodestrucción. Me odiaba a mí misma por sentirme así y llevar una vida tan poco productiva pero hacer algo para revertirlo, significaba un esfuerzo que me superaba. Me transformé en una bosta tirada en la cama practicando mi deporte favorito: ejercitar el dedo pulgar en los botones del control remoto de la televisión. Para estas alturas ya he visto cuanto estreno exista en Cinecanal, Cinemax, HBO, Fox, (incluyendo los programas de documentales de todo tipo), llegando incluso de disfrutar de la película 50 Sombras de Grey. Leí la famosísima trilogía, y la encontré pésima. Pornografía en papel, repetición tras repetición, y un cómodo "copy/paste" de otros libros famosos (e innovadores) ¿Dónde estuvo esa editora o editorial que publicó este libro sin aparentes revisiones y correcciones? Masturbándose seguramente o echándose un polvo con la pareja, arriba de un trapecio al estilo Cirque Du Soleil, para creerse el cuento de que eran Anastasia Steele y Christian Grey personificados. ¡Sí lo dije y qué!.
Era indudable que muchas expectativas no se pueden tener con la película, pero a esta versión en pantalla, la palabra "pésimo" todavía le sigue quedando chica. No existen palabras en el diccionario para definir lo doloroso que resulta verla, ya sea por las malas actuaciones, por comenzar desarrollando la trama de forma excesivamente rápida, para pasar a una lentitud agotadora y angustiante, que dan por resultado "ver la pantalla, sin realmente mirar". Esa fue la gota que rebalsó el vaso.
Cuando finalmente tomé consciencia de lo que estaba haciendo, y que realmente disfrutaba de las 50 Sombras de Grey, tuve una Epifanía y la mente se me iluminó.....¡¡¡NECESITO TERAPIA AHORA!!!
Partí al psiquiatra y le vomité todo lo que sentía, lo que me había pasado, y lo que estaba por pasar si continuaba con ese estilo de vida, con el sólo propósito de que me diera pastillas para dormir, porque según yo, una vez que durmiera las horas correspondientes y recuperara la energía, todo volvería a la normalidad ¡ERROR!. No podía estar más equivocada, porque el médico me dijo algo bastante diferente a lo que esperaba escuchar: "Tienes una Depresión Combinada, por estrés post traumático"......What the fuuuuuuuuck?????? ¿Qué es Depresión Combinada? ¿Qué estrés post traumático? ¿¡traumático de qué!?.
Me explicó todo con peras y manzanas, y básicamente, pasé por un período de tanto estrés emocional (no sólo por problemas ajenos sino que personales también), que una vez fuera de todo ese rollo, me vino el "relajo" y por ende el bajón de mierda. Ni siquiera sabía que el insomnio es muchas veces sinónimo de una depresión. Equivocadamente, relacionaba esa palabra con llorar las 24 horas del día y ser una Drama Queen, que no era exactamente mi caso. Es cierto, lloraba, pero no como una mártir, y era sólo de vez en cuando. Al final, lo que tenía era un típico caso de depresión con ansiedad.
Por supuesto que el diagnóstico me sorprendió, y no me quedó otra más que asumirlo y pasar al tratamiento. Me dieron antidepresivos junto con ansiolíticos. Nunca me ha gustado la idea de depender de una píldora para ser feliz, porque en lo personal lo encuentro una solución parche. Pero luego de escuchar toda la explicación técnica de la serotinina, que los conectores cerebrales, que la sinapsis de las neuronas, que las endorfinas y toda esa shit de la biología del cerebro, de la que NADA entiendo, no me quedó más remedio que acatar obedientemente las instrucciones del médico, porque realmente la "pastillita de la felicidad" parecía ser la luz al final del túnel.
De más está decirles lo horrible que me cayeron los antidepresivos. Nunca me había sentido tan mal en mi vida. Tan, pero tan mal que lo único que quería era volarme los sesos. El psiquiatra me dijo que las tomara junto con las comidas porque en un principio podía provocar náuseas......¿náuseas? JA! ¡LAS PELOTAS! Nunca me vinieron náuseas, pero sí andaba mareada, caminaba como pisando huevos, al borde del desmayo en muchas ocasiones, y la cabeza me trabajaba a mil con pensamientos sobre revolucionados, y otra serie de sentimientos extraños que definitivamente no se pueden describir con palabras. Hasta que un día se me ocurrió leer el famoso papelito con los efectos secundarios: ¡TODOS los efectos secundarios descritos los tenía yo!. Cuando fui a control y echa una furia le pregunté al psiquiatra que qué mierda me había dado a tomar, éste se sorprendió y me dijo que sólo un 2% de las personas tienen baja tolerancia a los antidepresivos, y que aparentemente yo era una de ellas.....¡puta huevón, descubriste la pólvora!. Entonces a continuación me pregunta que por qué no lo llamé o corté el tratamiento......¿?......¡Porque no sabía que podía hacer eso, pedazo de idiota! ¡Además estaba demasiado ocupada con los instintos suicidas gracias a tus putas pastillas!
Como sea, pese a todo, seguí el tratamiento prescrito y efectivamente, luego de descender al infierno mismo, la pastillita de la felicidad tuvo sus efectos esperados. Pero es aquí donde el remedio se transforma en la enfermedad. Partí a la farmacia a comprar la receta médica. Cuando llegó la hora de pagar, morí y resucité tres veces a causa de infartos múltiples. Cada medicamento era CA-RÍ-SI-MO. No hay bolsillo que aguante. Verdaderamente, si un día decides volverte una demente como yo, es un privilegio para millonarios. ¿Dónde están las subvenciones del Estado? ¿Cuándo aplican los Seguros Médicos y de Farmacia que tanto ofrecen Isapres, Bancos y Casas Comerciales? Porque en mi caso, jamás, es decir: Descuento = 0. Llamé a mi Isapre y la respuesta no es difícil de imaginar "¿Sabes? Ese tipo de medicamentos justo la Isapre no lo cubre" ¿¡Para qué coño pago entonces un seguro de farmacia!? Sí, lo sé, aquí la estúpida soy yo por confiar en lo que te ofrecen, cuando el único objetivo es vender y sacar una comisión......a propósito, ya corté el seguro de farmacia porque no me sirve de nada, y por lo menos con eso ahorro unos pocos pesos para comprar la pastilla de la felicidad.
Otro "inconveniente" que resulta gracioso (sarcasmo), es que rara vez los antidepresivos vienen en cajas de 30 pastillas, sino que con 28 unidades, como si fueran anticonceptivos las huevadas. Pues resulta que la caja no me alcanza para el mes completo, sino que voy con un tratamiento ¡de menstruación en menstruación! Por lo tanto, me significa comprar dos cajas al mes (doble gasto). Ni hablar de los ansiolíticos que igualmente valen un dineral. Entonces al final del día, los laboratorios se hacen ricos en menos de un mes, a costa de nuestra sanidad mental, y por alguna razón que no logro comprender, es que el mismo medicamento va subiendo de precio todos los meses, sin parar. Bueno, sí lo comprendo, es sencillamente el propósito de ganar más y más dinero, y la puta economía de libre mercado. Pero aquí realmente no sé si culpar a los laboratorios o a las farmacias por la Ley de Oferta y Demanda. Sin ir más lejos, vengo llegando de mi farmacia local (razón por la cual postergué la publicación sobre La Primera Vez, y estoy escribiendo esto). Una vez más las pastillas subieron de precio. No me sorprende en lo absoluto, no obstante, antes de pasar la tarjeta para pagar, ya me estaba viniendo una crisis de pánico y ansiedad juntos (¿no se supone que las pastillas eran precisamente para evitar eso?), por mi adolorido y golpeado bolsillo. Entonces para disipar e ignorar un nuevo estado de demencia temporal, me puse a conversar con el vendedor, y le pregunté derechamente cuánto venden entre antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, y toda la amplia gama de medicamentos para condiciones psiquiátricas (patológicas o momentáneas). "¡Ufff, señorita! ¡Si yo realmente le contara! vendemos más de esto que aspirinas" ¡PAF! me cayó como un ladrillo en la cabeza, estamos todos cagados de alguna forma u otra, beneficiando a los laboratorios y al Estado por los impuestos de compra.....el infame PVP o Precio de Venta a Público.......¡¡¡19% concha de tu madre!!! Ese es nuestro impuesto sobre productos y servicios. Ningún país cobra un impuesto tan alto, no al menos uno que se hace llamar "desarrollado" como nosotros. A eso hay que contar otra serie de impuestos como, contribuciones a la vivienda (¡ojo! tu casa NUNCA es tuya en este país aunque nos hagan creer lo contrario, porque si no se pagan las contribuciones, te la quitan y te quedas viviendo bajo el puente), impuesto a la renta, el permiso de circulación y patentes de autos, impuestos a los libros (después reclaman que los chilenos somos incultos), ¡impuesto al lujo! ¡qué mierda es eso! ¿Sabían que hasta hace unos años atrás comprar un automóvil con air bags era considerado un lujo? Por ende, había que pagar el valor agregado. Creo que al final lo quitaron porque no es realmente un lujo, sino que una medida de seguridad. Aunque yo creo que lo quitaron para que los políticos pudieran comprarse autos de lujo a menor precio.......una cosa es lo que ellos digan para justificar sus lujos y gastos, y otra muy distinta es la realidad detrás de esas decisiones tomadas.
Podría estar hasta mañana nombrando una serie de impuestos adicionales que pagamos a diario (y que no existen en otros países), pero prefiero solamente dejar algunos a modo de ejemplo, porque creo que ya me está comenzando otra crisis de pánico de sólo pensarlo.
Llega fin de mes, y reviso mi cuenta bancaria......otro inicio de crisis de ansiedad mientras se carga la pantalla con el "resumen de saldo". Corazón palpitante como caballo de carrera, jadeos, sudor frío, y me meto un carísimo ansiolítico a la boca para minimizar la tragedia con la que me voy a encontrar: Línea de Crédito reventada, Tarjeta de Crédito sobregirada, los números que comienzan con un signo menos, y yo intentando inútilmente de mantener la poca dignidad que me queda. Todo eso se me fue entre la farmacia, el supermercado, cuentas y gastos varios pero indispensables, que están muy lejos de disfrutar un rico café, comprarme una prenda, o salir a comer con amigos a un rico restaurante y no un McDonald's. ¡Todo está carísimo y sigue subiendo mes a mes! Pero el sueldo que me entra, sigue siendo el mismo. Después prendo la televisión, y me encuentro a esa guatona como Presidente, (sí la misma gorda que se parece a la de la película Misery. Kathy Bates se llama la actriz), diciendo: "No hay dinero en las arcas fiscales" ¡Plop! ¡Exijo una explicación! ¿¡Cómo no va a haber presupuesto con toda la plata que nos robas en impuestos!? ¡AH! Pero claro, ¡qué tonta soy!, los impuestos recabados no van para el beneficio del país ni de sus habitantes, son solamente para solventar los lujitos, viajes y bonos de Presidentes, Senadores, Diputados, Alcaldes, Concejales, Representantes Regionales, y otra serie de títulos políticos inventados que no sirven ni aportan nada, pero igual hay que pagarles el sueldo. Con todo esto, se me desarrolla una nueva patología psiquiátrica: las crisis de ansiedad y pánico se transforman en violencia y problemas de control de ira. Más pastillas, más gastos fuera de presupuesto. Cero cobertura de seguros de salud, cero subvención del Estado, cero descuento a la tipología de medicamentos.
Después, los psiquiatras y psicólogos se preguntan por qué el estrés en las personas es más común que un resfriado de invierno, y se alarman por los crecientes índices en enfermedades mentales y del ánimo. ¡No investiguen más mis queridos catedráticos que pasaron una década estudiando medicina! ¡No se calienten la cabeza diseccionando las partes del cerebro! ¡No inviertan más en ratas de laboratorio! La respuesta está a su alcance y gratis: Las pastillas que nos dan para palear el estrés y sus consecuencias en el cuerpo humano, sólo alcanzan para un efecto de 28 días (tenían razón los laboratorios), porque al día 30/31 del mes, nos vamos a la mierda al darnos cuenta de que no tenemos plata para pastillas, cuentas ni supermercado, por lo tanto el estrés y las crisis comienzan desde cero. Y todo esto partió con una sola sesión de terapia, pero hoy es un círculo vicioso. ¿Tengo estrés por mis problemas personales o la situación económica actual me provocó mayor estrés? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
Mejor me meto a un convento budista. Me sale más barato y me olvido de los problemas. Seguiré loca, pero tranquila en mi mundo sin estar barajando las posibilidades para terminar el mes con mediana integridad. Porque en lo que respecta a la economía nacional v/s ingreso per capita y gastos ¡este es un país de mierda!
¡Lo Dije y Qué!
Y no olviden suscribirse ;)
Como sea, pese a todo, seguí el tratamiento prescrito y efectivamente, luego de descender al infierno mismo, la pastillita de la felicidad tuvo sus efectos esperados. Pero es aquí donde el remedio se transforma en la enfermedad. Partí a la farmacia a comprar la receta médica. Cuando llegó la hora de pagar, morí y resucité tres veces a causa de infartos múltiples. Cada medicamento era CA-RÍ-SI-MO. No hay bolsillo que aguante. Verdaderamente, si un día decides volverte una demente como yo, es un privilegio para millonarios. ¿Dónde están las subvenciones del Estado? ¿Cuándo aplican los Seguros Médicos y de Farmacia que tanto ofrecen Isapres, Bancos y Casas Comerciales? Porque en mi caso, jamás, es decir: Descuento = 0. Llamé a mi Isapre y la respuesta no es difícil de imaginar "¿Sabes? Ese tipo de medicamentos justo la Isapre no lo cubre" ¿¡Para qué coño pago entonces un seguro de farmacia!? Sí, lo sé, aquí la estúpida soy yo por confiar en lo que te ofrecen, cuando el único objetivo es vender y sacar una comisión......a propósito, ya corté el seguro de farmacia porque no me sirve de nada, y por lo menos con eso ahorro unos pocos pesos para comprar la pastilla de la felicidad.
Otro "inconveniente" que resulta gracioso (sarcasmo), es que rara vez los antidepresivos vienen en cajas de 30 pastillas, sino que con 28 unidades, como si fueran anticonceptivos las huevadas. Pues resulta que la caja no me alcanza para el mes completo, sino que voy con un tratamiento ¡de menstruación en menstruación! Por lo tanto, me significa comprar dos cajas al mes (doble gasto). Ni hablar de los ansiolíticos que igualmente valen un dineral. Entonces al final del día, los laboratorios se hacen ricos en menos de un mes, a costa de nuestra sanidad mental, y por alguna razón que no logro comprender, es que el mismo medicamento va subiendo de precio todos los meses, sin parar. Bueno, sí lo comprendo, es sencillamente el propósito de ganar más y más dinero, y la puta economía de libre mercado. Pero aquí realmente no sé si culpar a los laboratorios o a las farmacias por la Ley de Oferta y Demanda. Sin ir más lejos, vengo llegando de mi farmacia local (razón por la cual postergué la publicación sobre La Primera Vez, y estoy escribiendo esto). Una vez más las pastillas subieron de precio. No me sorprende en lo absoluto, no obstante, antes de pasar la tarjeta para pagar, ya me estaba viniendo una crisis de pánico y ansiedad juntos (¿no se supone que las pastillas eran precisamente para evitar eso?), por mi adolorido y golpeado bolsillo. Entonces para disipar e ignorar un nuevo estado de demencia temporal, me puse a conversar con el vendedor, y le pregunté derechamente cuánto venden entre antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, y toda la amplia gama de medicamentos para condiciones psiquiátricas (patológicas o momentáneas). "¡Ufff, señorita! ¡Si yo realmente le contara! vendemos más de esto que aspirinas" ¡PAF! me cayó como un ladrillo en la cabeza, estamos todos cagados de alguna forma u otra, beneficiando a los laboratorios y al Estado por los impuestos de compra.....el infame PVP o Precio de Venta a Público.......¡¡¡19% concha de tu madre!!! Ese es nuestro impuesto sobre productos y servicios. Ningún país cobra un impuesto tan alto, no al menos uno que se hace llamar "desarrollado" como nosotros. A eso hay que contar otra serie de impuestos como, contribuciones a la vivienda (¡ojo! tu casa NUNCA es tuya en este país aunque nos hagan creer lo contrario, porque si no se pagan las contribuciones, te la quitan y te quedas viviendo bajo el puente), impuesto a la renta, el permiso de circulación y patentes de autos, impuestos a los libros (después reclaman que los chilenos somos incultos), ¡impuesto al lujo! ¡qué mierda es eso! ¿Sabían que hasta hace unos años atrás comprar un automóvil con air bags era considerado un lujo? Por ende, había que pagar el valor agregado. Creo que al final lo quitaron porque no es realmente un lujo, sino que una medida de seguridad. Aunque yo creo que lo quitaron para que los políticos pudieran comprarse autos de lujo a menor precio.......una cosa es lo que ellos digan para justificar sus lujos y gastos, y otra muy distinta es la realidad detrás de esas decisiones tomadas.
Podría estar hasta mañana nombrando una serie de impuestos adicionales que pagamos a diario (y que no existen en otros países), pero prefiero solamente dejar algunos a modo de ejemplo, porque creo que ya me está comenzando otra crisis de pánico de sólo pensarlo.
Llega fin de mes, y reviso mi cuenta bancaria......otro inicio de crisis de ansiedad mientras se carga la pantalla con el "resumen de saldo". Corazón palpitante como caballo de carrera, jadeos, sudor frío, y me meto un carísimo ansiolítico a la boca para minimizar la tragedia con la que me voy a encontrar: Línea de Crédito reventada, Tarjeta de Crédito sobregirada, los números que comienzan con un signo menos, y yo intentando inútilmente de mantener la poca dignidad que me queda. Todo eso se me fue entre la farmacia, el supermercado, cuentas y gastos varios pero indispensables, que están muy lejos de disfrutar un rico café, comprarme una prenda, o salir a comer con amigos a un rico restaurante y no un McDonald's. ¡Todo está carísimo y sigue subiendo mes a mes! Pero el sueldo que me entra, sigue siendo el mismo. Después prendo la televisión, y me encuentro a esa guatona como Presidente, (sí la misma gorda que se parece a la de la película Misery. Kathy Bates se llama la actriz), diciendo: "No hay dinero en las arcas fiscales" ¡Plop! ¡Exijo una explicación! ¿¡Cómo no va a haber presupuesto con toda la plata que nos robas en impuestos!? ¡AH! Pero claro, ¡qué tonta soy!, los impuestos recabados no van para el beneficio del país ni de sus habitantes, son solamente para solventar los lujitos, viajes y bonos de Presidentes, Senadores, Diputados, Alcaldes, Concejales, Representantes Regionales, y otra serie de títulos políticos inventados que no sirven ni aportan nada, pero igual hay que pagarles el sueldo. Con todo esto, se me desarrolla una nueva patología psiquiátrica: las crisis de ansiedad y pánico se transforman en violencia y problemas de control de ira. Más pastillas, más gastos fuera de presupuesto. Cero cobertura de seguros de salud, cero subvención del Estado, cero descuento a la tipología de medicamentos.
Después, los psiquiatras y psicólogos se preguntan por qué el estrés en las personas es más común que un resfriado de invierno, y se alarman por los crecientes índices en enfermedades mentales y del ánimo. ¡No investiguen más mis queridos catedráticos que pasaron una década estudiando medicina! ¡No se calienten la cabeza diseccionando las partes del cerebro! ¡No inviertan más en ratas de laboratorio! La respuesta está a su alcance y gratis: Las pastillas que nos dan para palear el estrés y sus consecuencias en el cuerpo humano, sólo alcanzan para un efecto de 28 días (tenían razón los laboratorios), porque al día 30/31 del mes, nos vamos a la mierda al darnos cuenta de que no tenemos plata para pastillas, cuentas ni supermercado, por lo tanto el estrés y las crisis comienzan desde cero. Y todo esto partió con una sola sesión de terapia, pero hoy es un círculo vicioso. ¿Tengo estrés por mis problemas personales o la situación económica actual me provocó mayor estrés? ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?
Mejor me meto a un convento budista. Me sale más barato y me olvido de los problemas. Seguiré loca, pero tranquila en mi mundo sin estar barajando las posibilidades para terminar el mes con mediana integridad. Porque en lo que respecta a la economía nacional v/s ingreso per capita y gastos ¡este es un país de mierda!
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Wicked Bitch of the West
http://www.elmundo.es/papel/lifestyle/2017/09/24/59c4d9e9e5fdea40168b45fc.html
ResponderBorrarLa España del Trankimazin: la ansiedad es la última epidemia
¡Hola VisitasRapidas! Mil, pero mil gracias por el enlace. No lo leí, ¡me lo comí! Buenísimo, excelente, muy informativo, y a la vez preocupante. La cruda verdad.
BorrarSin duda, la frase que más me llegó de este cautivante artículo es "La risa es una archienemiga de la ansiedad". Muy cierto y también parte del propósito de este blog, hablar de una realidad que nos afecta a muchos (y que pocos se atreven a decir), usando siempre el humor como hilo conductor.
Mil gracias por tu aporte y por leerme!
Un beso!